miércoles, 8 de octubre de 2008

Apariencia

Desilusión. Era pasar todos los días saboreando el aroma. La frescura que conservaban, sin exceptuar las estaciones frías, ni las secas.

En medio del trajín, del alboroto, del apuro por esquivar maniquíes móviles. El zigzag constante para la supervivencia.

Empalidecen ante la sensación de completud que otorgaban en un instante. Permitir el deleite interno, aspirar el bosque en la ciudad. El degradé natural emanaba de ellas, puras, inmaculadas.

Tanta perversión tenían en un engaño indiscriminado. Habían sembrado la impotencia, ignorando los resultados de las narices peregrinas que caían ante tales perfidias.

Así era, les vertían perfume artificial a las flores.

08/10/08