lunes, 9 de agosto de 2010

Piano, piano

Piano, piano...
Sólo buscaba unos acordes, unas armonías para sonar con vos.
Cuántos partos más para la felicidad. El último y definitivo.Después, el viento. Después, la suave llovizna rejuvenecedora te caerá sobre el rostro y te pintará la vida, te dará nuevos bríos para la maratón de todas las metas.La mirada hacia adelante, sin retrovisor, sin parabrisas, sin paragolpes. Todo bien de frente, en alto, en salto en largo.
Piá, piá, desplegá alas, aprovechá el viento.
Mecete en el aire, no te amesetes, no te metas en macetas, no te hagas un matete. Querete, crecete.
Crezcámonos para, juntos, hacer unas alas de hojas y, sin ojos, salir a hacer aladelta y comer palta, adonde más nos plazca.