domingo, 28 de noviembre de 2010

Las manos rugosas

Las manos rugosas
El cuerpo vacío
Los vidrios ojosos
La perdición mira

Te escapás a la miseria
Te acamás en el rincón
Te perdés en el espacio chico
Te ahogás en el espacio grande

No nos miran
La torre se derrumba desde los cimientos
Y no podemos parar de regocijarnos
De escombrarnos

Cimientos, ruinas, escombros
La casa vacía
A llenarla de porquerías
Para tapar, taparlo todo

Nada queda más que el cariño
Y todo lo material
Apesta a sacrificio
A mundano, a pasajero, a efímero

Y la trascendencia se hace efímera
Frente a todo eso
Al costado, un campo seco
Y las máquinas que no dejan de hacer ruido, en el silencio total

Todo pasa por el soma
Psico
Trauma sin trama
Trama sin traje
Todo encaje en un tramo
Todo psico soma tiza
En un instante
Y luego
Estalla
Entra en trance
Sin balance
Ni equilibrio
Sólo martirio
El delirio

lunes, 6 de septiembre de 2010

Leer el mundo

Sigue así
Gira y gira
Sin páginas
Que vuelvan
Hay que leerlo de corrido
Porque corre
Rota y traslada
Quiebra en terremotos

Mueven continentes
Las placas tectónicas
Revuelven floras y faunas
Se acercan felinos convertidos en libros
Todas letras y líneas
De fuga
Que hay que leer
Para llegar a
Qué
Dónde
Cuándo

Rebotan las letras
Forman mamarrachos
Ecolalias
Lapsus
Actos fallidos
Los blancos

Para qué leer el mundo
Si es ilegible
Entre tantos vericuetos
Y volteretas
Contorsiones
Obstrucciones
Premoniciones insípidas
Y una ecolalia letrada
Traslada en borrones
La piola que retiene
Los hilos restantes
Del universo multiforme
Del que ¿somos parte?

lunes, 9 de agosto de 2010

Piano, piano

Piano, piano...
Sólo buscaba unos acordes, unas armonías para sonar con vos.
Cuántos partos más para la felicidad. El último y definitivo.Después, el viento. Después, la suave llovizna rejuvenecedora te caerá sobre el rostro y te pintará la vida, te dará nuevos bríos para la maratón de todas las metas.La mirada hacia adelante, sin retrovisor, sin parabrisas, sin paragolpes. Todo bien de frente, en alto, en salto en largo.
Piá, piá, desplegá alas, aprovechá el viento.
Mecete en el aire, no te amesetes, no te metas en macetas, no te hagas un matete. Querete, crecete.
Crezcámonos para, juntos, hacer unas alas de hojas y, sin ojos, salir a hacer aladelta y comer palta, adonde más nos plazca.

domingo, 23 de mayo de 2010

inquebrantable

el límite inquebrantable
estas ganas locas de ser útero
de frenarlas lágrimas y convertirlas en
líquido amniótico

este instinto que no lo es
la verdad escapando
de todos nuestros brazos
cuerpos
sociales, etéreos

el humo entrañal
y entrañable
si no extrañable
de todos nuestros encuentros
de todas nuestras pobrezas
pobrezas límite
pobrezas enriquecidas
por el poder de la miseria
de la inanición
de la indigencia
de la indignación
mísera
mística
música

el transformador
impotente

la voluntad
del intelecto

la usual desgracia
convertida en milagro
y no existe

de todos estos cuerpos
la eternidad ríe
la insignificancia se esparce
el público la menta
y la lluvia persistente
ilumina los rostros (o rastros) cansados
de estas personas con goteras
agotadas
imperfectas
empeorables
inmejorables

hasta la entrenada soledad
mojados los instintos
quebrantado el intelecto
sazonada la esperanza
agotadala razón

empapelamos las paredes
con frases imperfectas
cobardes
y los colores destilados
se filtran entre las ideas
de unos cuantos pobres diablos
intentando hacer la
con un trozo de papel
trozo de témpera
empa pelados los cerebros
consignados sentidos

sinsentidos

ciegos empedernidos

em pina dos participios

creatinas gelatinas

y toda una masa
amorfa

se mofa de nos

sábado, 20 de febrero de 2010

Son un poema

Son un poema
condenando la muerte
sin ojos cualquier
censura es vana
sin llanto cualquier
pérdida es castigo

Son un poema
condenando la muerte
sólo despiertan
los ojos al sueño
sólo la risa del sueño
es la última realidad

No las absurdas
huecas sonrisas
incitando suicidios
de todo presente
son un poema
condenando la muerte

Y por qué las palabras
que esculpen la tinta
no son capaces de
mostrar sus orígenes,
son capaces de
esconder la miseria

Son un poema
condenando la muerte
todas las bocas
que callaron nombres
Todos los nombres
que no saben ser mártires