domingo, 3 de marzo de 2013

Me encontré cuerpo


Me encontré cuerpo. Reconcilié un espíritu errante, doliente con un cuerpo que se creía abandonado. Me encontré vientre, luna creciente que redondea la vida. Me encontré sentido, sentida, sintiendo. Encontré el hilo que une cada cabo, que le otorga sentido a cada vivencia, a cada dolor, a cada pasión.
Me encontré río que recorre tus valles, erosiona tus rocas, las va limando, sacándoles brillo. Me encontré agua, superficie y profundidad, flexible, escurridiza, clara, transparente. Me encontré ave, nido, rama y pico, barro y lluvia, nube y rocío, horizonte y cercanía.
Me encontraste, río. En él. En vos. Nos encontramos. Nos reconocimos. Ya habíamos sido todo. La eternidad se rió en ese instante, en esa mirada que a través de varios metros unió dos almas luz en sí, reencontrándolas consigo mismas. Espejándoles todo, dándoles la libertad suficiente para abandonarse al vacío, entregarse y ser, serlo todo. Ser el universo en un abrir y cerrar de ojos, fundirse, desintegrarse sin dejar de ser íntegros. Sernos absolutamente todo, siempre, sin tiempo, sin espacio, sin nombres ni etiquetas, sin mente ni hastío.
Brillo.
10/02/13

No hay comentarios: