Cuándo terminaré de desnudarme de vos
cuándo mis entrañas dejarán de azotarme,
de recordar culpas ilusorias.
Cuándo podré reinventar intereses,
fingidos paisajes abarrotados de juventud.
Y de nosotros solos y tan solos
que ni siquiera necesitábamos a uno mismo
para completar los espacios.
Si te hubiese podido decir,
si te hubiese vomitado a la hora justa,
aunque siempre lo hago más tarde.
Por qué será que el tiempo me persigue,
me inculpa, me cubre de soledad.
No estarás escribiendo como yo,
pero anoche, anoche… eras vos, lo sé.
Y ahora, en un escrito más en el cual estás,
me pregunto si no habré mentido al creer
todo lo que había asegurado.
Siempre es tan tarde.
Estoy vieja y alejada de mí,
me es imposible responder.
Podrás responder…
2007
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