martes, 29 de julio de 2008

Compensar


Escupámosle al reloj, a la conciencia, a la precisión que adolece el espíritu, a la esclavitud que nos somete.

Escupámosle al recuerdo, al rencor, a la lluvia que nos alejó, a la nieve que estuvo y a la cicatriz que aún no sanó.

Escupámosle al ruido, a las calles de asfalto, al cielo escampando.

Saquémosle al pino sus frutos y tiremos las risas al fuego.

Pidámosle al humo que eleve con él este encuentro, que llene los cerros de incienso, de éste tan nuestro, tan mío, tan pretérito.

Absorbamos, de suelo y cimiento, alguna que otra fortaleza y transportemos con aire todos estos lamentos.

Contale, humo, a los vientos, que no tengo apuro ni pienso; sólo necesito ahogarme en ningún recuerdo.

Pedirle a los pies que estén fríos, después de ningún invierno, sabiendo. Sabiendo, por dentro, vivimos en una hoguera.

Intentemos llevarle al pueblo las citas, los triunfos, los truenos. Quedémonos en el pasto, sólo los ojos abiertos.

Enero de 2008

No hay comentarios: