viernes, 25 de abril de 2008

Sordina


Torcería mi forma de pensar, la doblaría, un bollo, a la basura. Me azotaría, flagelaría, crucificaría, suicidaría. Estornudo y sigo sacando microbios, tus gérmenes. Esos que sembraste cual cizaña, ahora arraigada a mis pulmones, a mis cinturas, a mis hombros. Nacieron como extraños en terreno desconocido. Ahora estoy inundada de vos y cansada de estarlo. No hay qué pueda recorrer sin tenerte. No quiero escribir más sobre vos. Lo suplico. Vivir sin tu culpa hostigándome, sin tu comisura mordiéndome las pestañas, sin tu voz encerrándome en mis propios silencios aislados de vos que ya no tienen ningún sentido. Silencios sólo profundos con y por vos. Ahora tan insulsos, como todo. Si supieras, entendieras las razones… Pero tenes razón, es tarde. Tu guitarra no está más. ¡Tu guitarra…!

2007

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