viernes, 25 de abril de 2008

Vacante


Acumulo los vacíos de tantos hombres. Colecciono rechazos y los tiro por doquier. No me jacto de ellos. Pero, qué más he de hacer. Me lleno de ausencias y estoy sola otra vez. Es de esas infinitudes insaciables mi recuesta. No tengo ningún tipo de remedio, tampoco existe una reversa. Tan difícil es hallar comodidad… Un abrazo que se sienta, una mano que haga música con los cuerpos.

Vencida. Voy a seguir entre almohadas y libros, queda un espacio, mas no cualquiera ha de entrar. Una mediad de cuerpo, de alguna manera tendremos que complementar.

Es un imperio mi demencia, ay de aquel que no esté conquistado. Pero presentaré renuncia, si sigo perdiendo terreno.

Es el terreno el que ausenta, ese que fue tan amplio, enfermizo. Me hacía bien de una manera absurda.

La ilusión sigue rondando en mí, impartiendo juicios erróneos.

Soy perversa, una de esas peligrosas visiones. Que mi locura es irremediable, que mis silencios son agonías de hombres, que mis manos tan poco delicadas siguen conjurando planes malévolos… lo sé demasiado bien. Lo sé hasta perderme en la seguridad y ser una pequeña y volátil ceniza. Como un fósforo dinamitado por las sudestadas.

Como yo hoy, enlluviada y a la espera. Entrajada de espanto, temblando de mí. Me aterrorizo. Llena de cenizas convulsiono al mirar mi mente. Congelada ardo. Sigo bostezando por mis viejos fundamentos de vida. Quiero despegar hacia una nueva religión donde no haya luciérnagas que fermenten, sino desconocidos habitantes que me sometan a estar acompañada y ser otra, más. Basta de bastos, espada, sangre. Y ahora, la copa, hecha de oro, se llena de mí, para secarse de vos.

2007

1 comentario:

Proserpina dijo...

Buen remate y exposición de tu tú imaginativo y demente.
Una invitación al vuelo deshorizontado. Una ilimitada compañera de la ilusión.
¡Qué vacante mama meu!